La charla en el instituto de Pontecarreira ha sido una gran experiencia para mí. Primero porque no todos los días puedo disfrutar de una salida fuera de los muros de la prisión y entrar en contacto de nuevo con la gente en el exterior, y segundo porque todos, tanto alumnos como personal docente, estuvieron muy simpáticos, agradables y receptivos, y se nos acogió de maravilla. Me hicieron sentir como en casa, y eso no hay dinero que lo pague. Me habría quedado allí todo el día, de verdad. Al principio, antes de empezar la charla, estaba un poco nervioso, pero en cuanto empecé a hablar los nervios desaparecieron. Me sorprendió la curiosidad que mostraron por nuestras vidas en prisión tanto alumnos como profesores y me gustó mucho que todos ellos se implicasen tanto en la ronda de preguntas, e incluso después, a la hora de ir a tomar el café, las profesoras y profesores seguían haciéndonos preguntas sin parar y pusieron de manifiesto cuánto les había gustado la experiencia. Y me reitero en lo que dije: ojalá que funcionase con todos, pero con tal de que a uno solo de los alumnos le haya servido la charla para darse cuenta de la delgada línea que separa el mundo de las drogas de la cárcel y a partir de ahí evite meterse en problemas, para mí sería un profundo motivo de alegría. Y por último me gustaría agradecer a mis profesores del EPAPU de Teixeiro que hayan contado conmigo de nuevo para participar en el Proxecto Anoca y también a todos los alumnos y profesores que componen el instituto de Pontecarreira por darnos la oportunidad de ir allí y poder compartir nuestra experiencia con ellos y poder pasar un rato agradable. Muchas gracias por todos los mensajes que habéis enviado al blog. Me han hecho sentir muy bien. Habéis sido todos muy amables. Por cierto, si necesitáis hacer alguna pregunta (o lo que sea) sólo tenéis que colgarla en el blog y yo estaré encantado de responderos. Un fuerte abrazo. Juan.
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